TÚ HICISTE TU CAMA
¿Cuál es la visión de la Torá sobre “Tú hiciste tu cama; ahora acuéstate en ella”?
Mar Ukva apoyaba a un pobre de su barrio. Todos los días se aseguraba de pasarle dinero por la puerta cuando el pobre no estaba. Un día, el pobre decidió averiguar quién era su benefactor.
Resultó que ese día Mar Ukva se quedó más tarde de lo habitual para estudiar Torá en el Beit Midrash. Su esposa estaba al tanto de las obras de caridad de su esposo y lo acompañó esa noche a hacer la entrega. En cuanto dejaron el dinero, se marcharon rápidamente. Para su sorpresa, el pobre corrió tras ellos para ver quiénes eran.
Lograron llegar a un horno, cuyas brasas habían sido retiradas, pero aún ardía. Los pies de Mar Ukva se estaban quemando, mientras que los de su esposa permanecían intactos. Ella le dijo que levantara los pies del suelo y los pisara sobre los de ella. Afirmaba que contaba con protección adicional. Los pobres llegaban a la casa y la encontraban fácilmente. Además, aunque Mar Ukva era generoso con los fondos, ella les proporcionaba comida preparada.
El Talmud pregunta por qué Mar Ukva tomó medidas tales como huir del pobre e incluso arriesgar su vida al meterse en el horno. El Talmud cita una norma y un precedente para este comportamiento: «Es mejor que una persona se entregue a un horno de fuego que avergonzar a su prójimo en público», como lo demostró Tamar.
Tamar deseaba tener descendencia del linaje de Yehudá. Yehudá le había dicho que ocurriría, [1] pero al ver que no era así, se disfrazó de prostituta [2] y concibió un hijo fruto de una relación que había orquestado con Yehudá. Mientras tanto, Yehudá desconocía la identidad de la prostituta. Al enterarse de que había concebido y esperaba gemelos, emitió un veredicto: Tamar debía ser quemada. [3]
Si se hubiera revelado que Yehudá era el padre, no habría sido condenada a ese destino. Tamar estaba dispuesta a morir en la hoguera antes que revelar su inocencia, ya que esto habría ocurrido compartiendo información que habría avergonzado a Yehudá. Tamar hizo todo lo posible para proteger el honor de Yehudá. Le envió dos mensajeros. Uno de ellos tenía sus pertenencias personales, que él le había dejado. Al otro mensajero, que no las había visto, se le ordenó que le dijera a Yehudá que el dueño de las posesiones era el padre. Solo Yehudá se comunicó con cada uno de los mensajeros que no interactuaron entre sí. [4] Yehudá decidió revelar su identidad como el padre, perdonando así la vida de Tamar. [5]
Mar Ukva y su esposa huyeron del pobre. ¿Por qué? Les preocupaba que se avergonzara al verlos. ¿Por qué? Obviamente, no le importaba que lo enfrentaran. ¿Por qué se escondieron?
Aunque estaba dispuesto a interactuar con su benefactor, jamás imaginó que se tratara de un líder de su generación. Mar Ukva presidía la Corte Rabínica. Por lo tanto, Mar Ukva quería evitarle molestias. [6]
Pero ¿por qué Mar Ukva se preocupaba tanto? ¿Quién le pidió al pobre que lo persiguiera? Todo el asunto surgió por culpa del pobre. ¿Por qué Mar Ukva se enojaría, junto con su esposa, por alguien que causó la situación? ¡Que el pobre, el responsable, asumiera las consecuencias de las circunstancias que él mismo causó!
Eso es precisamente lo que Mar Ukva aprendió de Tamar. Ella podría haber dicho que hay un problema, pero yo no soy la causa. Yehudah debería haberle dado a su hijo Shelah en matrimonio, como él había dicho. No debió apresurarse a publicar un veredicto. Él emitió los pronunciamientos. Se equivocó. Sin embargo, ella hizo todo lo posible para salvarlo de la vergüenza. [7] Su actitud, que sirvió como ejemplo de Mar Ukva, fue lo opuesto a: “Tú te hiciste la cama; ahora acuéstate en ella”.
¿Hasta dónde llegaríamos para proteger el honor de alguien que nos causó daño? ¿Nos centraríamos en la culpa o en preocuparnos por su vergüenza?
Shabat Shalom,
Rabbi Hershel D. Becker
Traducido por: Sara Slomianski y Miriam Levy
[1] Vayeshev 38:11
[2] Vayeshev 38:14-16
[3] Vayeshev 38:24
[4] Maharal Diskin Vayeshev
[5] Vayeshev 38:26
[6] Iyun Yaacov Ketuvot 67b
[7] Sefer Lefanav Na’avod pgs. 5151-517
